El conservador diario EL PAIS, de España, publica su lista de personajes distinguidos, que reproduce el medio de la oligarquía vacuna local, LA NACION, en la cual no sorprende encontrar a Alfredo De Angeli, a quien otorgan la dudosa calificación de "agricultor" y le atribuyen el más dudoso logro de "haber obligado al gobierno de Fernández Kirchner a derogar una ley impopular". La derecha más reaccionaria en todo el mundo aplaude al sedicioso que avergüenza a nuestra provincia, con un reconocimiento que refrenda la posición ideológica antinacional, antipopular y al servicio de los intereses extranjeros del arrendatario de Gualeguaychú.
El presidente de la Federación agraria argentina (FAA), Alfredo De Angeli fue incluido por el conservador diario español EL PAIS, según consigna el periódico de la oligarquía vacuna local LA NACION en su edición de hoy, entre las cien personas más influyentes, de acuerdo a la peculiar visión de este medio gráfico que representa a los grupos de poder económicos europeos.
La nómina coloca al "Patrón de la 14" junto a la joven estrella deportiva Lionel Messi, adorado por los barceloneces, y al juez de la Corte de la Haya, Luis Moreno Ocampo, denunciado recientemente por oscuras maniobras perpetradas como defensor del cura pedófilo Mario Grassi, filmando con cámaras ocultas a testigos que fueron presionados para torcer sus declaraciones e intentar salvar al pervertido, prácticamente condenado por los lapidarios testimonios de sus víctimas.
La lista, curiosamente -o no tanto, dada la evidente intención de los medios que aplaudieron a la dictadura genocida de 1976 de "lavarse la cara" en los últimos tiempos-, al Director del Equipo argentino de antropología forense, Luis Fondebrider.
Sobre Fondebrider escribió la presidenta de la Asociación abuelas de plaza de Mayo, Estela de Carlotto. “Luis Fondebrider fue dedicando sus sueños científicos a un tema que hoy es de orden universal: que los restos mortales de nuestros hijos hablen, a través del descubrimiento antropológico, sobre qué torturas, vejámenes, despojo y muerte sufrieron. Sentimos a este grupo de luchadores como nuestros hijos; y en la figura de Luis queremos honrar su profesionalidad, comprensión y compromiso”, expresó.
Es claro que ni LA NACION ni EL PAIS comparten la concepción ideológica que anima el atrabajo del EAAF, ni de su director, ni de las Abuelas, ni la de los 30.000 jóvenes, mujeres, niños y ancianos masacrados en los campos de concentración de la dictadura que, en su momento, aplaudieron y aún hoy, no dudan en defender, cuando el avance de las fuerzas populares pone en peligro sus privilegios y el orden social que los favorece en exclusiva.
Esto sucedió, aunque el diario español parece no saberlo, con la Resolución 125, que gravaba la renta extraoridinaria de los grandes exportadores de soja, poniendo a resguardo a los pequeños y medianos productores, a la que De Angeli, alentado y utilizado por la Sociedad Rural -léase, los grandes terratenientes y los personeros del agronegocio extranjero- para encabezar el movimiento sedicioso que intentó derrocar al gobierno de Cristina Kirchner, votado por más de la mitad del pueblo argentino.
Un "agricultor" que no cultiva nada más que odios
“Este agricultor y dirigente sindical ha encabezado la mayor protesta social habida en Argentina desde el crash de 2001, obligando al gobierno de Fernández Kirchner a derogar una ley impopular”, señala el periodista Martín Rodríguez Yebra, en un artículo especial sobre el productor rural, demostrando un olímpico desconocimiento -o una taimada intención de confundir- para describir las circunstancias de nuestro país.
Como es sabido, De Angeli no preoduce absolutamente nada, ya que es un mero arrendatario, que goza de la renta que deviene del alquiler de sus campos a los "pool" de siembra extranjeros para andar por el país, en avioneta o 4x4, quemando gasoil que dice no tener para dar paseos en tractor por las rutas o las plazas de los pueblos, incitando al derrocamiento de un gobierno que expresa los intereses populares que él abomina y por eso intenta presentar como un "totalitarismo", tan luego él, que se rodea de esbirros de la dictadura con las manos aún tintas en sangre de desaparecidos.